El día 7 de agosto de 2019, en el Aula Magna de la Facultad de Información y Comunicación, la CSE desarrolló el 2do. Encuentro Anual de la Red UAE de la Universidad de la República, que contó con la participación de las docentes argentinas Carina Lion (FILO-UBA), Ángeles Soletic (CITEP-UBA) y Alejandra Zángara (Fac. Informática-UNLP), en tanto oradoras principales.

Asistieron al mismo la Mag. Susana Kanovich y Lic. Sandra Suburu por la UAE, siendo una oportunidad para co-pensar institucionalmente las prácticas de enseñanza, concebir caminos alternativos y diversos, e identificar desafíos que sabemos son altamente complejos.

Se dialogó con el colectivo que incluyó múltiples enfoques: la pedagogía, la didáctica y los distintos campos disciplinares, que también hoy se encuentran atravesados por lo tecnológico en las prácticas de enseñanza.

La vedette del encuentro “ la tecnología”, instalada hoy en nuestra vida cotidiana, impacta fuertemente la subjetividad y transforma nuestros hábitos; la forma en que nos comunicamos, aprendemos y vinculamos. ¿Cómo incorporar la enseñanza digital en la Educación Superior? Integrar la misma en el aula desde una mirada instrumentalista y positivista podría dejarnos invisibilizados en nuestras mediaciones, de ahí la importancia de romper con la dependencia y dominio que esta parece generar. La propuesta es propiciar una reflexión didáctica que ubique las cuestiones tecnológicas como un componente transversal, y destacar la necesidad de ser usuarios de un servicio que no nos deje presos de su aplicabilidad. Desde ese lugar, ser propositivos para realizar los recorridos de un diseño pedagógico personalizado, en forma contextualizada, con proyectos institucionales, curriculares y con significatividad pedagógica.

Varios paradigmas se han modificado, fracturando lo unívoco y lineal de los relatos, lo real y lo ficticio, lo presencial y lo virtual, entre otros; sin embargo la educación sigue con un esquema direccional de enseñanza-aplicación, aplicación-evaluación. Poder analizar la práctica y pensar la implicancia que ésta tiene en la enseñanza. Pararnos desde un modelo tradicional para poder integrar un modelo ágil, llamado así por la rapidez con la que se expande conectando millones de personas en nuevos espacios, nos ubica con la responsabilidad de ser amplificadores de la realidad desde un lugar ético, por el efecto boomerang que la tecnología produce.

Transformar la presencialidad en el sistema virtual, otorgar sentido a los jóvenes para que se sumerjan en las propuestas, y así promover una co-construcción colaborativa que les permita establecer lazos cognitivos significativos con el aprendizaje, para convertir la información en conocimiento.

Diseñar la clase como un prototipo evolutivo en el que, haciendo pequeñas intervenciones laparoscópicas, podamos trazar itinerarios flexibles, segmentar en bloques y modularizar las materias, produce motivación, iteración e interacción.

Sin duda, incorporar la tecnología puede generar aversión y miedo, pero no podemos desconocer las tendencias y el futuro que ya nos visita. Amigarse, imprimir un sello propio, acortar la brecha creando puentes que generen la confianza suficiente para emprender el viaje, sin dejar de transmitir la pasión y el deseo de saber.